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Artículo: El miedo en la infancia.

Hace un par de días me pasaron este artículo:

http://www.abc.es/familia-padres-hijos/20131208/abci-miedos-hijos-dormir-201312041312.html

Tengo que decir que no soy muy amiga de los periodistas de hoy en día, ya que promueven la desinformación y el seguimiento cual borregos sin darse cuenta de que sus palabras son leídas día a día por miles de usuarios y que no es lo mismo escribir una palabra mal que inventarse toda la información que están dando, así como tergiversar las palabras de las personas a las que entrevistan.
Dejemos eso aparte, pues no es el caso.

En resumen, este artículo no esta
 mal.


Dice el señor Román Pérez (psicólogo y miembro del Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña) como propuesta para evitar los miedos en los niños:
<<La alternativa es evitar ciertas canciones, bromas... y elegir cuentos inocentes sin tramas trágicas y con finales felices. Nada de brujas o personajes oscuros hasta que el pequeño vaya creciendo y madurando».

Creo que esta ignorando que en la actualidad sobre todo, el ser humano esta muy influenciado socialmente, y por tanto, si quisiéramos evitar estos miedos en los niños deberíamos aplicar la medida a todos. Puesto que al socializar entre ellos pueden surgir como tema de conversación o juego estos personajes ''oscuros''.

Según mi punto de vista, la ''desinformación'' por llamarlo de algún modo, tampoco es la solución.

Se supone que la pérdida o superación del miedo es algo madurativo con lo que podemos ayudarle para que él mismo se de cuenta de qué es real y qué no, qué es posible y qué no lo es.

También se debería tener en cuenta que hay miedos comunes, el miedo a la oscuridad, a las personas desconocidas, a los callejones estrechos... y miedos que aparecen en menos personas y que a la mayoría no nos resultan muy lógicos, por ejemplo, miedo a los botones.

El problema se encuentra en el momento en el que esa personita va creciendo y creciendo y a pesar de ello su miedo no desaparece o se hace más fuerte. Es ahí cuando debemos ponernos más serios con el asunto.

También he de decir que hay miedos que no se superan y a cierta edad ya es bastante difícil hacerlo, a pesar de ello, el propio individuo se puede llegar a enfrentar a ello para alcanzar un fin que el miedo obstaculiza, pero que lo supere una vez o dos, o unas cuantas, no quiere decir que lo pierda completamente.

Hablando de casos personales y poniéndolos como ejemplo, puedo tomar mi miedo a las alturas o a la oscuridad para hablar de ello.




Cerca de mi casa hay un centro comercial, pero para llegar a él he de atravesar un puente, para mí, altísimo, que pasa sobre una autopista. El puente esta bien formado aunque cuando alguien pisa fuerte el suelo tiembla y tiene pequeños agujeritos en el suelo por los cuales ves pasar los coches bajo tus pies. El querer llegar al otro lado del puente, el querer cruzar, hace que ''olvide'' mi miedo a las alturas, que me envalentone para llegar al otro lado, esto lo hago al menos una vez al mes aunque estuve hace un tiempo haciéndolo con frecuencia, experimentando por mi misma si era posible quitarse un miedo de este tipo por medio de hábitos. Comprobé que no.
El año pasado fui de viaje a Cuenca con alumnos de arquitectura para hacer dibujos y sacar fotos, todo fue bien hasta que hubo que cruzar un puente larguísimo y antiguo... en ese momento me quedé paralizada y tarde como 15 minutos en verme capaz de cruzarlo, ya que me estaban esperando al otro lado y no quería hacerles esperar más...
me daban ganas de llorar y no recuerdo qué pasó, sonó un ruido fuerte creo recordar y me puse a chillar pensando que se caía, xD

Mi miedo sigue ahí, pero yo sigo enfrentándome a él para conseguir mi propósito.



Con el miedo a la oscuridad sucede algo parecido, de noche no te queda más remedio que apagar la luz, y si necesitas caminar hasta el baño o hasta la cocina para beber agua has de levantarte a oscuras y, o bien encender la luz y despertar a tus familiares, o caminar a oscuras hasta tu destino.

Cuando eres ''mayor'' ya no puedes llamar a tus padres o pedir a tus hermanos que te acompañen, y al final, como con el puente, acabas enfrentándote a tu miedo momentáneamente para llegar a donde deseabas, aunque vayas corriendo y vuelvas corriendo.





Ambos miedos están dados por poder tener consecuencias ''malas''. En el miedo a las alturas, está el miedo a caer. Y en el miedo a la oscuridad, se encuentra el miedo a lo desconocido, a que algo malo surja de algún lado y no podamos evitarlo.






A la hora de ayudar al niño a afrontar sus miedos, a mi me parece que la forma de hacerlo debería ser como dije arriba, el ponerle una meta, un objetivo por el que hacerlo, y no el típico ''pues te encierro en tal habitación a oscuras hasta que dejes de chillar y llorar'' que hacen muchos padres.

Creo que obligar a afrontar de golpe un miedo a un niño es peor que el miedo que tiene, se le debe invitar a superarlo, pero nunca obligarle, puesto que sólo conseguimos que esté más tenso, más asustado, su miedo crezca e incluso que le de ansiedad.

Me parece un tema que se trata mucho a la ligera pero que en realidad es difícil de tratar.
Considero que la solución está en ver cómo presentárselo y darle pequeños empujoncitos para superarlo.
No he utilizado ninguna bibliografía ni me he basado en ningún autor, todo esto ha salido de mi experiencia y de la forma de ver los miedos que ha nacido de ella.

Sydney Góngora Serrano.

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